La crisis y la perspectiva de un 2009 difícil en el plano económico hicieron que más de uno se replanteara los festejos de Navidad y Año Nuevo, y que pensaran en un "plan B", con menos gastos que en años anteriores. Por ese motivo, este mes de las Fiestas no entusiasma a los comerciantes.
Tradicionalmente, las Fiestas representan el mejor de todos los festejos que se registran en el año. Esta vez, dudan de que así sea. Esperan caídas de entre 30 y 40 por ciento respecto a las de hace un año.
Los más optimistas esperan que el espíritu navideño se despierte, se despejen los miedos y se decida gastar. En ese caso, con suerte, prevén que se igualarían las ventas.