La clase media recorta las frecuencias de consumos y optimiza el combinación de tarjetas de crédito y débito que amplían sus horizontes de descuentos, entre otras estrategias para enfrentar un final de año y un 2009 en los que domina la incertidumbre. Estas son algunas de las conclusiones que se extraen del estudio que se presentó en el 7° Encuentro de Consumo Masivo organizado conjuntamente por el IAE Business School y CCR.
“Hoy el consumidor tiene, por un lado, aquella experiencia de la crisis muy presente y definitivamente incorporada en su memoria y, por otro, viene de años de recuperación que no quiere resignar. Recupera parte de las estrategias de crisis y las mezcla con otras nuevas, que surgen justamente de los consumos que incorporó y no pretende abandonar, como la banda ancha o el celular”, explicaron los especialistas.
Ante la necesidad de comenzar a reducir algo los niveles de gasto, ya sea por pérdida de poder adquisitivo como por la sensación de que el año próximo será más difícil y peor que el actual, lo que se protege a toda costa son básicamente tres cosas: escuela privada, dado que la pública, que en el pasado era un medio para el ascenso social, ahora es vista como posibilidad de descenso; salud privada, porque la pública no brinda las respuestas esperadas; y celular e internet, bienes y servicios que permiten mantenerse conectados socialmente.
El resto tiene cierta prescindencia. Las marcas premium perdieron participación en el tercer trimestre. Se resiste a dejar de comprar primeras marcas y sacrificar calidad, pero el volumen de ventas de alimentos y cosmética cayó 10% desde comienzos de año, según LatinPanel. A su vez, la decisión de compra de durables se nota en las caídas de patentamientos de autos, electrodomésticos e hipotecas para compra de viviendas.