En la apertura oficial de la Exposición Rural que se lleva a cabo en el predio ferial de Palermo, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, criticó hoy duramente las políticas del gobierno hacia el campo, subrayó sus pobrísimos resultados, enfatizó el aporte del sector a la sociedad y la economía y extendió un crédito inicial al flamante ministro de Economía, Sergio Massa.
“En estas últimas 48 horas -dijo Pino en uno de los tramos de su alocución- el gobierno ha tomado decisiones que nos incluyen como sector productivo: esperamos que la nueva conducción económica esté a la altura de la difícil situación que atraviesa el país, y que genere la confianza necesaria para atravesar estos momentos”. Y agregó un reproche: “Queremos decirles: el sector agropecuario es lo suficientemente importante como para mantener el rango ministerial”.
Más preciso aún fue al afirmar: “Somos 227 mil productores y existen 25 mil establecimientos y empresas que transforman lo que produce el campo”. El Estado, continuó, debe proveer Seguridad, Salud, Educación, Justicia, “una moneda fuerte” e infraestructura a los ciudadanos, para puntualizar a continuación: “y es el campo, en este momento, el que más contribuye a que el Estado pueda cumplir con esa función”.
Al respecto, precisó que en el primer semestre del año el sector agroindustrial aportó USD 19.000 millones a las arcas del Banco Central, algo que –subrayó, saliendo al cruce de las acusaciones oficlales, incluso del propio presidente Alberto Fernández, quienes insisten en acusaciones de especulación y mezquindad en la liquidación de divisas- “resulta un récord absoluto y supera a la media histórica en un 90 por ciento”.
“Parece mentira que nos hayan calificado de especuladores”, dijo Pino, quien destacó que mientras para importar insumos el campo paga un dólar de cerca de USD 300, un productor sojero recibe por sus exportaciones un dólar de menos de 100 pesos. Además, dijo que el “saqueo al campo” ha hecho que en los últimos 20 años el sector pagara USD 130.000 millones en impuestos, suma equivalente a lo que se invirtió en el Plan Marshall, de ayuda a la reconstrucción europea tras la segunda guerra mundial. Sin embargo, enfatizó, la situación social está peor que cuando las retenciones se reimplantaron, en 2002. Los gobernantes, dijo, deberán dar cuenta de estos ante la sociedad.