La ministra Silvina Batakis se reunió con inversores de Wall Street y les aseguró que habrá ajuste fiscal, que la devaluación del tipo de cambio oficial no es el camino adecuado, que las tasas de interés subirán y que el Gobierno cumplirá con los compromisos que asumió ante el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Lo más importante que rescataron fue que aseguró que ella es la ministra de los 3 líderes de la coalición oficialista: el presidente Alberto Fernández, la vicepresidente Cristina Kirchner y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.
Según cuenta Infobae en el auditorio había ejecutivos de bancos y fondos de inversión poco interesados en comprar papeles argentinos en el corto plazo, pero preocupados por la posibilidad de que el país vuelva a caer en default, tal como lo reflejan los bajos precios de los bonos argentinos.
La escucharon ejecutivos de los bancos Citibank, Morgan Stanley, Barclays (Sebastián Vargas), Santander (Siobhan Morden) y Goldman Sanchs; también, de los fondos Adcap (Javier Timerman), Golden Tree (Matías Silvani), Gramercy (Gustavo Ferraro), Fintech (Andrés Ledermann), Braybreach, VR Investments, Paloma Partners y Wellington Management, entre otros.
Según los asistentes, la ministra “reconoció que no había buen dialogo con los inversores y que los precios valen lo que valen”, sin cuestionar los fundamentos del mercado, frente a las críticas habituales del equipo dirigido por Martín Guzmán.
“Todos preguntaron qué tipo de apoyo político tiene y ella dijo: Soy ministra porque tengo el apoyo de los 3 líderes, Alberto, Cristina y Massa”, relató uno de los participantes. Además, aseguró que “mi plan económico es el de los tres y fue aprobado por los tres en la coalición”
Les juró que “ya empezó a tomar medidas para gastar menos y que habrá un ajuste fiscal que tendrá consecuencias”, como el congelamiento de las vacantes del Estado, la decisión de dosificar en forma mensual las partidas a los ministerios y de implementar una “caja única” para reducir el déficit de caja. “Hay que ordenar el gasto y hacerlo más eficiente”, sostuvo.
Por otra parte, ratificó que las tasas de interés del Banco Central debe subir y que, en este sentido, es muy útil la coordinación de medidas con el presidente de la entidad, Miguel Pesce, frente a las peleas constantes que este funcionario tenía con Guzmán.
Así, con promesas de ajuste fiscal y de suba de tasas, también aclaró que el Gobierno no apuesta a acelerar la devaluación del tipo de cambio oficial, porque “esa nunca fue una solución a los problemas”. A su vez, defendió los controles de precios como un “mecanismo transitorio, que no sirve para reducir la inflación”.