El Indec comunicó que en la primera mitad de este año la pobreza alcanzó al 40,9% de la población urbana. Si se proyecta ese número al total de los ciudadanos del país, se concluye que son 18,5 millones de personas las que debieron soportar vivir entre enero y junio con ingresos por debajo de la línea de pobreza.
En base a la Encuesta permanente de hogares del INDEC, los especialistas concluyeron que por culpa de la pandemia y la cuarentena, el problema se agravó a partir de la cuarentena. Así, en el segundo trimestre de este año la tasa de pobreza alcanzó un pico del 47,2%, afectando a a 21,4 millones de personas.
Un año atrás - primera mitad de 2019-, para una comparación homogénea, la pobreza fue del 35,4%. Esto significa un incremento de 5,5 puntos. Son 2,5 millones de pobres más. En tanto la indigencia subió del 7,7% al 10,5%. Son 1,3 millón de indigentes más. De 3,5 millones a casi 4,8 millones.
Hay un fuerte aumento de la pobreza infantil: trepó al 56,3. Asi, se desprende que sobre 9.500.000 chicos de menos de 14 años, un año atrás ya 5 millones vivían en hogares pobres. Ahora suman 5,4 millones.
Las cifras oficiales toman en cuenta las ayudas del Estado, como el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia), bonos, tarjeta alimentaria y otros subsidios pagados durante el semestre.
Para calcular la indigencia y pobreza, la medición oficial compara los ingresos de la población con los valores de la canasta básica ( pobreza) y la canasta alimentaria (indigencia). A junio, una familia tipo (matrimonio con dos hijos menores) necesitó más de $ 43.810,70 para no caer en la pobreza y más de $ 18.029,10 para no ser indigente.