El Fondo Monetario Internacional se prepara para reducir su estimación de crecimiento para la Argentina por debajo del 2% para 2018. Así lo sostuvo ayer Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI en una disertación en Washington.
"La intensificación del endurecimiento de las condiciones financieras en la Argentina en las últimas semanas va a alterar nuestra perspectiva macroeconómica para el año", dijo, aunque alertó que aún "es muy temprano para decir cómo será alterado el marco macroeconómico".
El 2% para este año es la última actualización disponible de las perspectivas económicas mundiales (WEO, por sus siglas en inglés), que el organismo difundió en abril. Werner fue parte de un panel de economistas que expusieron ayer convocados por el thinktank Center for Global Development (Centro para el Desarrollo Global) sobre los Desafíos para América latina y el Caribe.
En su disertación hizo hincapié en mencionar a la Argentina en dos oportunidades, aunque ante una pregunta de la prensa sobre las frases que minutos antes había dicho Mauricio Macri en Buenos Aires sobre el déficit fiscal, prefirió no responder.
Acerca del crecimiento de la Argentina, ahondó que desde el FMI definirán una nueva estimación de crecimiento, por debajo del 2%, una vez que tengan más en más en claro "cómo el Gobierno termina redefiniendo sus políticas luego de las últimas tres semanas", en relación con la elevada volatilidad por la que atravesó el país, corrida cambiaria incluida.
En otro momento, cuando hablaba sobre la suba de tasas de la Reserva Federal y sobre cómo podría impactar en los distintos países, volvió a mencionar a la Argentina. "Los países más vulnerables al endurecimiento de las condiciones financieras son los que tienen más elevados requisitos financieros y niveles bajos de reservas internacionales para utilizar como amortiguador", describió en relación con la situación de los últimos años, a lo que agregó: "Obviamente la Argentina aparece aquí como un país relativamente alto (en la exposición) a estas vulnerabilidades de estos shocks (externos)".
En ese momento mostraba un gráfico en el que la Argentina aparecía segundo, dentro de una lista de países que tienen elevada vulnerabilidad a los shocks externos. El FMI ya había reducido su perspectiva de expansión para la Argentina para 2018 en abril en 0,5 punto porcentual a 2% desde el 2,5% previo.
"Para la Argentina, el crecimiento se espera que se modere desde el 2,9% en 2017 a 2% en 2018, debido al efecto de la sequía en la producción agrícola, como también por la necesidad de ajustes en el plano fiscal y monetario para mejorar la sostenibilidad de las finanzas públicas y reducir la elevada inflación", destacaba el párrafo en el WEO del FMI sobre el país. Ese 2% de aumento del PBI del Fondo Monetario para 2018 ya era más pesimista que la estimación oficial, que espera un aumento del PBI de en torno al 3%, aunque desde el Gobierno admiten ahora que podrá ser menor por las turbulencias recientes. De hecho, el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne reconoció el lunes que "la Argentina tendrá más inflación y menos crecimiento".
