A pesar de los pedidos de automotrices y concesionarias, el Gobierno decidió prorrogar sin cambios el impuesto interno a los autos que se aplica sobre los modelos que cuestan más de $ 350.000. La situación preocupa al sector, en donde aseguran que con las proyecciones de aumentos en los precios que se esperan para los próximos meses, más vehículos pagarán el impuesto y esto repercutirá en mayores caídas en las ventas. En junio, ya se registró una baja de cerca de 18% que terminó con la racha de tres subas consecutivas, y el semestre cerró con una leve alza de alrededor de 5% (en torno a 331.000 unidades) en comparación con el mismo periodo del año pasado, que no conforma al sector. Sobre todo, teniendo en cuenta que se compara contra una base originalmente baja. El ministro de Producción, Francisco Cabrera, argumentó ayer que la decisión se tomó porque "el tipo de cambio no presenta variaciones significativas, por lo cual si se subiera el piso del impuesto, sería probable que los precios de los autos también suban, para permanecer por debajo". En cambio si se mantiene, tiene la esperanza de que los precios conserven una tendencia estable. Además, agregó que es esperable también que se mantengan los valores de los autos mas baratos, para evitar superar la barrera del impuesto. "Por lo tanto, la decisión de mantenerlo en los valores actuales tiene que ver con favorecer la estabilidad de los precios de los autos", agregó. La situación compleja por la que atraviesa la industria fue planteada por las fábricas y los concesionarias durante los encuentros que mantuvieron con funcionarios del Ministerio de Producción, sin éxito. Incluso, cuando el efecto positivo que tuvo la guerra de descuentos y bonificaciones que lanzó la industria hacía crecer las ventas tras haber iniciado el año con bajas como consecuencia de la devaluación de diciembre. Pero con los datos de la fuerte caída de junio, la industria insistió con que si no se eliminaba el impuesto, por lo menos se incrementara un 15% la base a partir de la que se cobra para que haya margen en los nuevos ajustes de los valores. En el primer cuatrimestre del año, los precios ya subieron más del 21%. Pero a partir de hoy son solo los modelos más económicos los que eludirán el impuesto, como el Clio o el Volkswagen Gol. Sobre los que más impacta la decisión oficial son los modelos medios llamados ‘topes de gama’ (que son los más equipados de cada versión) como el el Citröen C4 Lounge, el Ford Focus, y el Toyota Corolla. El impuesto se arrastra desde el gobierno anterior, cuando se argumentó que se se aplicaba a los autos de lujo y se gravó con 30% y 50% a unidades con precios por encima de los $ 265.000. A comienzos de año fue actualizado y hoy se aplica un 10% sobre los que cuestan por encima de $ 350.000 hasta $ 800.000 y un 20% por encima de ese valor. Cabrera dijo ayer también que "me hubiera gustado llevar el piso a $ 400.000 pero no se pudo" y adjudicó la traba a que desde distintos estamentos del Gobierno se opusieron. Sin embargo, el Ministro de Economía, Adolfo Prat Gay, había dicho que este impuesto podría eliminarse porque no significaba ni siquiera un aporte importante a la recaudación.