El acceso de la población a alimentos de calidad es aceptable en la Argentina, que ocupa el puesto 37 dentro de una nómina de 109 países de los cinco continentes medidos por un índice de seguridad alimentaria (Global Food Security Index) que elabora The Economist, financiado por la empresa estadounidense Dupont. Los datos más recientes del ránking, que va por su cuarta edición, fueron presentados ayer por el director de Investigaciones para las Américas de The Economist Intelligence Unit, David Humphreys, en un seminario sobre alimentación organizado por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en el país, Amcham Argentina. Según el Cronista, el país viene manteniendo su nivel (sólo cayó una posición) desde que comenzó a publicarse es índice, y el diferencial que lo impulsa es la calidad de los alimentos que obtiene la población. Siendo uno de los principales productores mundiales de alimentos, el país tiene la capacidad de alimentar un equivalente a 10 argentinas, o lo que es lo mismo, a 400 millones de habitantes, por lo que podría esperarse un mejor desempeño. El índice se basa en 28 indicadores agrupados en tres grandes áreas, que podrían traducirse como la capacidad de compra de alimentos, la disponibilidad y la calidad. Para obtener sus resultados, los investigadores apelan a fuentes de información pública, como el Banco Mundial, y a sus propios investigadores que, entre otras cosas, cuantifican información cualitativa para hacer los datos comparables entre los países. Desde el inicio de la publicación, Estados Unidos lidera el ránking de seguridad alimentaria. En cuanto a la capacidad que tienen los argentinos de comprar los alimentos, la posición parcial del país en el ránking es 36, basándose en la disponibilidad de programas oficiales de acceso (como podría considerarse al plan Precios Cuidados) y en la cantidad de población por encima de la línea de pobreza, donde el país queda mejor posicionado que el promedio de las naciones que mide el índice. Sin tener un indicador específico del nivel de inflación, Humphreys explicó que la incidencia de los precios queda considerada dentro de esta categoría, que también mide, por ejemplo, el porcentaje de sus ingresos que cada familia destina a la compra de alimentos. En términos de la disponibilidad, la posición parcial del país cae al número 45 porque, a pesar de que se produce mucho, el país queda penalizado por la "inestabilidad política" y la "corrupción". Pese a las grandes fallas en infraestructura, la comparación con el resto del mundo hace que ese ítem, aunque en forma más moderada, le juegue a favor al país. La tercera área, de calidad y seguridad de los alimentos, hace saltar a la Argentina a la 26º posición parcial, básicamente por la diversidad de nutrientes que se aportan a la dieta. Entre otros valores de referencia que presenta el trabajo, el nivel de desnutrición en el país alcanza el 5%, un valor equivalente al de Estados Unidos, que lidera el ránking, y muy por debajo del 67,3% del último, Burundi, en África. El índice, disponible online, permite otras entradas para posicionar al país. Por ejemplo, se ubica en el quinto puesto entre los países de renta media-alta, y también se adjudica la quinta posición en América latina, detrás de Chile, Uruguay, México y Brasil.