La Caja de Jubilaciones de Córdoba denunció ante la Justicia cinco casos de fraude ejecutados por personas que cobraron los haberes de beneficiarios ya fallecidos. No sólo se busca la condena penal de los defraudadores, sino también recuperar el dinero. La modalidad de fraude se origina cuando los allegados al fallecido no entregan el DNI al Registro Civil por lo que el certificado de defunción se emite sin identificar el número de documento. Al no contarse con esa información los cruces de bases de datos no detectan algunos fallecimientos. Identificada esta fisura la Caja procedió a analizar la información disponible y así detectó cinco casos en los que se siguió depositando el haber a beneficiarios ya fallecidos y allegados retiraron esos fondos de las cuentas bancarias. En la Justicia Penal se realizó la denuncia para que se investiguen los casos y se apliquen las sanciones que correspondan y la Civil se iniciaron procedimientos para el recupero del dinero. De los cinco casos el más significativo, tanto por el monto como por el periodo durante el cual se llevó a cabo la maniobra fraudulenta, es el de la beneficiaria Lilia Josefa Novelli de Guevara, quien murió en diciembre de 2011. Alguien allegado continuó retirando hasta abril último los fondos de la cuenta en el Banco Córdoba sucursal Cerro de las Rosas: $634 mil. En otro caso la maniobra de prolongó de noviembre hasta abril y perjudicó a la Caja por $221 mil; en otro caso, entre septiembre de 2013 y abril, se retiraron indebidamente $ 108 mil pesos; el tercero fue en Cruz el Eje, donde se retiraron del banco, hasta mayo $106 mil pesos y en el último, en Bell Ville, manos anónimas se apoderaron hasta noviembre de 2014 de casi 19 mil pesos depositados en la cuenta de Juan Carlos Joaquín Clericó, muerto de noviembre de 2013, es decir un año antes. El acta de defunción sí consignaba que el DNI había sido entregado por los deudos, pero el número no fue registrado informáticamente. Según explicó el titular de la Caja, Osvaldo Giordano, “la estrategia de la Caja es evitar someter a sus beneficiarios al trámite de demostrar periódicamente su supervivencia. Las razones van desde la cuestión práctica, ya que no garantiza que no se comentan fraudes, hasta la más importante que es no someter, por culpa de algunos inescrupulosos, a que la gente honesta a trámites burocráticos que obligan a estar demostrando permanentemente que sigue viva”. Dijo que “los mecanismos de control se van perfeccionando y generando mejores resultados. Prueba de ello es que los montos cobrados indebidamente se redujeron desde 0,2% del total de la masa previsional en 2011 a 0,05% el año pasado. Esto implica que gracias a la mejora en los mecanismos de control, que incluye tanto cruces de base de información como visitas a beneficiarios a su domicilio, se evitaron fraudes por aproximadamente $28 millones.