El Banco Central pidió a su contraparte china, el Banco Popular, ampliar el swap de monedas que permitió a la autoridad monetaria sumar hasta el momento el equivalente en yuanes a u$s 8200 millones a sus reservas en préstamos de corto plazo, confiaron a El Cronista dos fuentes oficiales al tanto de la operación.
La intención de máxima del Gobierno es duplicar el cupo actual para intercambiar monedas, equivalente a u$s 11.000 millones. Según otra versión, la extensión pedida sería de u$s 5000 millones. Así, el monto disponible pasaría a entre u$s 16.000 y 22.000 millones.
La ampliación del swap no significará el uso efectivo de esa línea de contingencia, entienden en el Gobierno, sino tener la posibilidad de acudir a ese financiamiento en caso de ser necesario -y en momentos en que el cupo inicial se agota-.
Los desembolsos son automáticos y tienen un año de plazo, aunque puede renovarse por otros 365 días. El primero se efectuó el 31 de octubre pasado y será renovado cuando venza, previo pago de los intereses. Los pagos son en yuanes, que ya significan casi 24% de las reservas (que ayer cerraron en u$s 33.924 millones).
El presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, mantuvo conversaciones con el Banco del Pueblo y consiguió el aval chino para duplicar el swap, afirmó una fuente oficial. En su opinión -así lo dijo en una entrevista con El Cronista, el 21 de mayo último- la línea debería cubrir un año de comercio bilateral como mínimo (alrededor de u$s 15.000 millones).
Las gestiones de Vanoli ahora deberán rubricarse con una conversación de alto nivel entre los presidentes Cristina Fernández y Xi Jinping para formalizar la extensión, de acuerdo con la misma fuente.
El presidente del BCRA pretendía tener todo listo para poder ampliar la línea de contingencia en 2016. Pero los tiempos se aceleraron hace dos semanas, cuando el juez de Nueva York, Thomas Griesa, habilitó a los fondos buitre a intentar bloquear los pagos del título Bonar 24 y cualquier otra emisión de deuda que intente el país.