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Personal de industria, el que menos creció desde el '98

Los problemas de competitividad que atraviesa la Argentina ya se reflejan en la evolución del empleo por sectores. Así, desde 1998 mientras los puestos de trabajo formales en la industria aumentaron 18%, los de la construcción subieron 22% y los del comercio y otros servicios privados crecieron 71%, según un informe del Ieral de la Fundación Mediterránea sobre la base de datos oficiales. De acuerdo con los cálculos del instituto, la economía argentina enfrenta en la actualidad problemas para generar empleo productivo. Así entre 1998 y 2014, los puestos de trabajo privados aumentaron 50%, mientras el empleo público lo hizo un 85%. "La divergencia refleja el ritmo acelerado de creación de puestos estatales desde 2003 y el freno del empleo privado desde 2009 en adelante", remarcaron desde el Ieral. "En realidad el empleo privado está estancado desde 2008, cuando a una breve recesión de la economía internacional y local le siguió una progresiva pérdida de competitividad cambiaria y luego el agotamiento final de la estrategia de fogonear sólo la demanda, lo cual es claro especialmente desde 2012", agregaron. En esa línea, el documento da cuenta además de que si se descomponen las cifras para el período por sectores, se observa que en el industrial, teóricamente el más beneficiado con la protección, aumentó sólo 18% el empleo privado formal en relación a la población, se estancó entre 2008 y 2011, y cae desde 2012. En el mismo período, el empleo relativo en la construcción subió 22%, y en el comercio y otros servicios privados aumentó 71%. "Más allá de las realidades específicas que pudiera enfrentar cada sector productivo, resulta claro que mientras Argentina no construya un modelo de economía competitiva exportadora, que logre un crecimiento sostenido de las ventas al exterior, con exportaciones de creciente valor agregado, no logrará generar una expansión sostenida del empleo productivo, formal y bien remunerado", advirtieron los economistas Marcelo Capello y Gerardo García Oro. En ese sentido, un estudio reciente del Instituto de Estudios Laborales y Sociales de la Universidad de la UCES determinó, sobre la base de datos del Indec, que el aumento de la productividad laboral no asegura más rentabilidad y empleo industrial. De acuerdo con los indicadores de la Encuesta Industrial Mensual de los últimos 17 años analizados por la casa de estudios, la producción del conjunto de las manufacturas fabriles se elevó casi 77% entre extremos, la dotación de personal se contrajo 3,3%, las horas promedio trabajadas disminuyeron un 10,4% y el aumento de la productividad laboral prácticamente se duplicó. Semejante contribución del factor trabajo al aumento del producto agregado fue premiado con una suba similar entre extremos en la remuneración. "La tendencia al cierre de la economía con el cepo cambiario, para privilegiar el mercado interno,derivó en la desaceleración del ritmo de generación de empleos, porque desalentó la inversión, mientras el incentivo a la sustitución de importaciones condujo inicialmente a la suba de la productividad laboral, pero rápidamente ese proceso se debilitó y puso de manifiesto que el proteccionismo no contribuye a generar puestos de trabajo netos y bajar la desocupación de modo genuino", desarrollaron desde el instituto de la UCES.

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